Si este mismo timelapse que hice a finales de agosto lo hubiese hecho este fin de semana, otro gallo hubiese cantado, y habría salido bastante menos actividad en esta media hora de grabación reducida a unos 4 minutos. Y es que cuando "llega el pozo el invierno" como diría mi amiga Sole, La Guardia se transforma en un pueblo con poquísima actividad. Pero es lo que hay...