Año 1962. El pueblo y las autoridades dan la bienvenida al obispo de Toledo D, Enrique Pla y Daniel, recibiéndole en la entrada del pueblo, “como era costumbre, siempre que había una visita importante, con banderitas”
En la foto: los monaguillos Juanito y Teo, le sigue el entonces alcalde del pueblo D. Gregorio Labrador, el obispo, y a continuación D. José Vicente González “hijo de D. Fausto que fue médico del pueblo durante varias décadas”
En la parte de atrás entre otros: María Goñiz, Fernanda Nuño con su hijo en brazos, Santiago Martin-Rubio el tío “Tinin” y unos cuantos más…
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Y al fondo el letrero del legendario bar EL Frenazo, y con esto ya respondo a la pregunta que iba a hacer, donde esta hecha la foto, pero queda otra en el aire ¿ Sabe alguien por que se llamaba el bar El Frenazo?
... y a la izquierda el BAR EL SOL, o el bar del tío Manolo como lo conocíamos en el pueblo, con su pequeña tienda en el callejón. Respecto a EL FRENAZO se supone que sería por la ubicación. Ahora parece que la pendiente no es para tanto, pero en esos años con el estado lamentable de la carretera y el intenso tráfico de vehículos pesados (no hay que olvidar que todo el transporte Madrid- Andalucía y viceversa, pasaba por ahí); sin olvidarse de las condiciones meteorológicas adversas ( lluvia o hielo), hacían a la "cuestecita" bastante traicionera. Pocos metros antes de entrar en la curva se oía el chirriar de tambores y discos de freno de todos los camiones y de muchos coches con el correspondiente susto de sus ocupantes. El que pasaba por La Guardia no se le olvidaba nunca. De todas formas creo que habrá que preguntar a Jesús el Napo sobre su origen ( el nombre del bar) y de paso que nos cuente algunas de las cientos de anécdotas que sabe sobre la curva; y ya puestos, que nos enseñe fotos inéditas del barrio.
La respuesta es obvia. Una carretera General que unía Madrid con el sur de España y viceversa, aun con poco tráfico, en una bajada en curva y casi sin peralte, había que ser un esperto conductor para solventar el trance, sobre todos los vehículos pesados, cargados y con los frenos dejando mucho que desear, había que preparar con tiempo la maniobra o te embocabas (empotrabas), tras el correspondiente FRENAZO, en las dos o tres casas contiguas al bar, que aún hoy y después de quedar la carretera casi como una calle más, dichos vecinos prefieren usarlas como patio, corral o almacén y vivir tranquilitamente hacia la otra calle, por si acaso, que el miedo guarda la viña. ¡A propósito! ¿de qué se ríe el Obispo?