Debajo del chapitel estaba el carracón. Una carraca de un metro de diámetro que tocaban, en semana santa, especialmente el Viernes Santo.Imaginaos que sonido tan particular; se oía a varios kilómetros sobre todo si acompañaba el viento. Es una pena que no se restaurara. En España creo que no funcionan más de tres. Otra cosa más que hemos perdido.