Ha costado.... pero al final la hemos encontrado. Para quienes no la conozcáis, os la presentamos, es 'La Malia', la persona que durante muchos años estuvo vendiendo ''chucherías' para niños en 'El Tupi', una pequeña y humilde habitación que sirvió de punto de encuentro para jóvenes de varias generaciones.
Quién le iba a decir a 'La Malia' que años después de su muerte, los que entonces eramos niños, ibamos a iniciar un Proyecto con el nombre de aquella pequeña habitación y con la esperanza de servir nuevamante de punto de encuentro.
(Quien nos iba a decir que podrían llegar a ser tan importantes estos espacios para el encuentro....)
Y ya vés, 'Malia', allá donde estés te queremos decir que hay gente que no te ha olvidado.....
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El Tupi en los 60, era el lugar de reunión de los chavales hasta los 14 años aprox.Además de sacis (caramelos de menta) chicles, regaliz y otras "chuches", lo que más vendía era tabaco que se fumaba casi siempre allí (por una peseta te daba 3 Celtas, un Mencey o un Rex o un 1X2 que era rubio) y pipas.Había una zorrera (humareda) que algún mayorzón que entraba nos decía que nos íbamos a ahogar con tanto humo. La Malia se fumaba, pasivamente, más de un cartón diario.También vendía bolas de cristal (canicas) con la que jugábamos al triángulo y al tute y cuarta, flags congelados ( flanes encorajaos, decía ella) toreras, cromos, etc. Pero la Malia en verano vendía de forma ambulante, igual que la tia Montañesa, helados.Iban por la tarde recorriendo el pueblo con un carrito parecido al de los neoyorquinos de los perritos calientes, pero mas pequeño.
Hay que reconocer que tenía buen carácter si la sabías llevar; si había intención de quitarle algo o mirabas al contador de la luz (?) mas de 10" sacaba la vara de almendro y te la ponía donde podía. En fin, quién no se acuerda de aquello....
El poster era grande. Justo estaba detrás de la silla que había al lado de la ventana desde la que la Malia vigilaba quien entraba al TUPI.
Cuando apartabas la cortina y pasabas el efecto era sorprendente, la luz que se colaba por el cristal de la ventana iluminaba la cara de la Malia sentada en la silla, y detrás, en la pared y con la misma intensidad, la cara del que estaba en el poster. ¡Coño! Que el del poster parecía que estaba en la penumbra de la habitación de píe, justo detrás de la Malia.
Con más animo de contrariar a la Malia que de conocer quién era el personaje, le preguntábamos repetidamente que quien era ese que había puesto ahí. La Malia invariablemente decía: "Suarez, del centro, mu gueno, mu guapo....." Y así fue como para nosotros aquellos adjetivos quedaron unidos a aquel personaje.
Hoy la historia demuestra que la unión de esos adjetivos era cierta. Pero sobre todo confirma que los grandes hombres son reconocidos por todos y si cabe más aún por las personas sencillas.
Hoy nos ha dejado Adolfo Suarez González, artífice de la democracia en España.
Todos los españoles estamos en deuda con él.
Descanse en Paz
El Tupi en los 60, era el lugar de reunión de los chavales hasta los 14 años aprox.Además de sacis (caramelos de menta) chicles, regaliz y otras "chuches", lo que más vendía era tabaco que se fumaba casi siempre allí (por una peseta te daba 3 Celtas, un Mencey o un Rex o un 1X2 que era rubio) y pipas.Había una zorrera (humareda) que algún mayorzón que entraba nos decía que nos íbamos a ahogar con tanto humo. La Malia se fumaba, pasivamente, más de un cartón diario.También vendía bolas de cristal (canicas) con la que jugábamos al triángulo y al tute y cuarta, flags congelados ( flanes encorajaos, decía ella) toreras, cromos, etc. Pero la Malia en verano vendía de forma ambulante, igual que la tia Montañesa, helados.Iban por la tarde recorriendo el pueblo con un carrito parecido al de los neoyorquinos de los perritos calientes, pero mas pequeño.
Hay que reconocer que tenía buen carácter si la sabías llevar; si había intención de quitarle algo o mirabas al contador de la luz (?) mas de 10" sacaba la vara de almendro y te la ponía donde podía. En fin, quién no se acuerda de aquello....
El poster era grande. Justo estaba detrás de la silla que había al lado de la ventana desde la que la Malia vigilaba quien entraba al TUPI.
Cuando apartabas la cortina y pasabas el efecto era sorprendente, la luz que se colaba por el cristal de la ventana iluminaba la cara de la Malia sentada en la silla, y detrás, en la pared y con la misma intensidad, la cara del que estaba en el poster. ¡Coño! Que el del poster parecía que estaba en la penumbra de la habitación de píe, justo detrás de la Malia.
Con más animo de contrariar a la Malia que de conocer quién era el personaje, le preguntábamos repetidamente que quien era ese que había puesto ahí. La Malia invariablemente decía: "Suarez, del centro, mu gueno, mu guapo....." Y así fue como para nosotros aquellos adjetivos quedaron unidos a aquel personaje.
Hoy la historia demuestra que la unión de esos adjetivos era cierta. Pero sobre todo confirma que los grandes hombres son reconocidos por todos y si cabe más aún por las personas sencillas.
Hoy nos ha dejado Adolfo Suarez González, artífice de la democracia en España.
Todos los españoles estamos en deuda con él.
Descanse en Paz