Uno de los mejores días de la mili era el día de la patrona. En este caso como en el mío, el 4 de diciembre: Santa Bárbara. Ya desde el toque de diana nos vestíamos de gala. Además de llevar el traje impecable, las botas más lustradas de lo normal y los botones y las hebillas relucientes, nos poníamos los guantes blancos. Y como un gran día que era no podían faltar la misa y los vivas a la patria. Había muchas visitas de autoridades civiles y militares y lo más importante: señoras y señoritas elegantemente vestidas y bien perfumadas. Ese día se comía de lujo, café y copa incluídos, y había un poco más de desparramo y más, si cabe, permisividad con el alcohol. Día de muchas fotos y los más creyentes, además, con la patrona.
Por cierto, hoy se cumplen 10 años de la desaparición de la mili obligatoria. Y es que cómo pasa el tiempo. Entre las nuevas generaciones, hay mucha gente que ni sabe que la mili existió. Para eso está esta web, para recordarlo...