Noviembre de 1971, con cara de asustado, ante el Cardenal don Vicente Enrique y Tarancón, Arzobispo de Toledo. Parece que vino a despedirse de los toledanos, porque días después le nombraron Arzobispo de Madrid y ...a pelearse con el Régimen político que era lo que tocaba. La anécdota particular es que, por este evento, no fuí al cole ese día y tenía un exámen de Física y que, por décimas, casi me toca estudiar en agosto: con el verano tan divertido que me esperaba. Mi padrino fue don Eusebio el maestro, y a los demás ya los conocéis: don Francisco, detrás del Cardenal el hijo de Leonardo y el que me seguía Juan Mascaraque Peláez "el carpintero".