En el pueblo el trabajo para la mujer en las décadas de los años 50, 60 era poco donde se podía escoger. Estaba el campo o servir de criada en las casas pudientes, o las más afortunadas podían ir a Madrid a aprender un oficio, como el de peluquera o modista.
La modista ponía un pequeño taller en su casa, donde las chicas la ayudaban a coser, y a la vez aprendían como coger un bajo a una falda, o hacer un sobrehilado… y si eran observadoras terminaban haciéndose sus propios trajes.
En la fotografía la modista, Dora “la galla”, a continuación, Juana “la pilara”. Sentadas: Juli “la buca”, Mari Valero, Concha Peláez y la niña Encarni Valero. Año 1961
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