Año 1960. Carro preparado para llenarle de paja. Por el mes de Agosto después de la trilla, era lo que se veía por el pueblo: carros repletos de paja llenando los pajares. El pueblo se vestía de amarillo y en el aire el olor de la paja recién trillada. Los hombres encima del carro con la paja, en la mano el orquillo, en la cabeza el sombrero, en la cara tapando boca y nariz un pañuelo, y a meter la paja por el boquerón.
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Cuando llegaba el agosto ( período que duraba desde la siega hasta el encierro de la paja, vía boquerón) el carro sufría una metamorfosis. En las distintas secuencias de la película Condenados podéis apreciar buena parte de esa "metamorfosis".Después de la siega, llegaba la saca ( acarrear la mies del campo a las eras) y al carro se le empezaba a "tunear" quitándole el suelo y acoplándole otro temporal a un nivel inferior - casi a ras de suelo -, lo cual permitía más capacidad y más estabilidad. Porque al añadirle el meriñaque ( más de medio medio metro a ambos lados) y el asiento exterior, el volumen era tan grande que daba la impresión de un vuelco inminente. Se acababa la saca, y el suelo del carro volvía a su estado normal. Y cuando se iba a encerrar la paja se le ponían alrededor del meriñaque los redores (así los llamábamos en La Guardia y que preparó José María Peláez, en la foto) para que cupiera el máximo posible de paja. Acababa el agosto, y a quitar todos los accesorios del verano; a engrasar el eje y el torno (el freno) y ya está preparado para la vendimia. Así de fácil..., aunque parezca que no. El "tuneo" con los cascabeles, el farol y demás adornos quedaban para las fiestas y para los que les quedaban ganas.