Un día de boda era muy agotador. Conllevaba mucho ajetreo. Como ahora, pero sin mover los coches:no había nada qué mover. Empezaba muy temprano con el chocolate con pastas cuando los novios y padrinos volvían del confesionario.Luego a ponerse el mejor traje, dependiendo si eras del "asa la olla" (familiar muy próximo) o no. Después de la ceremonia, calle Mayor arriba, a tomar la montera - una rosquilla, un bizcocho borracho y una pasta de coco-, y el refresco. Después a rascarse el bolsillo. Eso si, sin sobre, a pelo. En ese momento era cuando se les daba el puro a los hombres o a sus representantes.Ahí veías a don Francisco el cura, como persona de toda confianza, contando las monedas de 10 duros y los billetes de 20 de Julio Romero de Torres( los de 500 ó 1000 pesetas se veían poco), ordenándolos meticulosamente en las cajas de puros Álvaro vacías.Luego una hora de baile y a comer. Aparecían los de la foto y a recuperar energía.Sopa a la guardiola (de picadillo), huevos duros con bonito y tomate, pollo asado, con su correspondiente vino y gaseosa de Cepa o de Agustín García, copita y tarta. Parece que por estas fechas ya daban champán ( Pedro aparece con una en la mano) pero como a mi no me dejaban beber, por la edad, no me acuerdo mucho. Y después de un paréntesis de tres horas empezaba el baile hasta las 11. A que agota...
Ayer nos dejó Linares (de la fila de abajo el tercero por la derecha), el pueblo de La Guardia le ha dado un último adiós masivo, emotivo y merecido por esos casi 90 años de buen hacer entre nosotros. Desde aquí damos nuestro pésame a su familia y amigos. Descanse en paz.
Muchas gracias por las palabras que le habéis dedicado a mi padre,como hace poco tiempo que me metí aquí no lo había visto ,y la verdad que me han emocionado ,gracias un saludo