El 28 de Septiembre terminan las fiestas patronales, pero empieza otra fiesta, la de la vendimia.
Ahora estamos en plena vendimia, y en La Guardia no huele a mosto. No hay moscas cansinas, falta el olor a pajuela en los días previos a la vendimia.
Ya no se ven tractores llenos con colmo de uva, y en la cooperativa no se juntan más de tres tractores para descargar. De hecho, ya solo está operativa una de las dos cooperativas que había.
Preparativos del carro, las seras, espuertas y la vestimenta apropiada para esos días. El trasiego de carros, galeras y ya algún tractor, (como los Land con un ruido estrepitoso). El pueblo se llenaba de vida, de una vida muy especial, de olores de mosto, ese mosto que venía regando los caminos, porque cuando se llega a la bodega a descargar ya se han perdido unos kilos, pues las seras son de esparto.
Las bodegas llenas a rebosar: la de los Sánchez, Don Pedro, las Macas, Don Julián, el tío Feliciano, Alfonso el “molinero”, los Labradores, el tío Patiño, el tío Rodrigo, Angel Hijosa, Pedro Moya y el descargadero de la Vega.
La báscula de los Pozos Nuevos no da abasto a pesar, con tanto trajín.
Echo de menos en mi pueblo el olor de la uva madura, en el mes de Octubre.
Echo de menos en mi pueblo, cuando paso la mirada por el campo, el verde de las viñas.
Ahora estamos en plena vendimia, y en La Guardia no huele a mosto. No hay moscas cansinas, falta el olor a pajuela en los días previos a la vendimia.
Ya no se ven tractores llenos con colmo de uva, y en la cooperativa no se juntan más de tres tractores para descargar. De hecho, ya solo está operativa una de las dos cooperativas que había.
Preparativos del carro, las seras, espuertas y la vestimenta apropiada para esos días. El trasiego de carros, galeras y ya algún tractor, (como los Land con un ruido estrepitoso). El pueblo se llenaba de vida, de una vida muy especial, de olores de mosto, ese mosto que venía regando los caminos, porque cuando se llega a la bodega a descargar ya se han perdido unos kilos, pues las seras son de esparto.
Las bodegas llenas a rebosar: la de los Sánchez, Don Pedro, las Macas, Don Julián, el tío Feliciano, Alfonso el “molinero”, los Labradores, el tío Patiño, el tío Rodrigo, Angel Hijosa, Pedro Moya y el descargadero de la Vega.
La báscula de los Pozos Nuevos no da abasto a pesar, con tanto trajín.
Echo de menos en mi pueblo el olor de la uva madura, en el mes de Octubre.
Echo de menos en mi pueblo, cuando paso la mirada por el campo, el verde de las viñas.